Abrió Vicente del Bosque con una alineación en la que volvía a apostar por el tan llevado y traído 9 con Torres en la punta. Fluyó el juego, pero solo hasta los tres cuartos de cancha, donde los actuales campeones del mundo chocaron reiteradamente con el fuerte planteamiento defensivo de los chicos de Slaven Bilic.
La posesión y el toque del balón no se traducían en números y Sergio Ramos y Piqué se animaron a probar suerte desde más allá de los 25 metros, metiendo algo de presión al meta croata, pero hasta ahí, y los balcánicos terminaron por atreverse a intentarlo también con rápidos contraataques, uno de los cuales estuvo a punto de poner a la roja contra la pared y acabar con el sueño de volver a levantar la copa.
Conscientes de que el empate no les valía, los balcánicos se acercaron poco a poco y en el minuto 58 Rakitic aprovechó un centro de Modric que contuvo la respiración de toda la hinchada croata y también española, pues el gol parecía inminente. Mas apareció Casillas, en el lugar correcto, en el momento preciso, y los primeros vieron cortada su ilusión y a los segundos les volvió el alma al cuerpo y recuperaron el aliento.