CR y la frustración de Almeida
Porque puntería, los de Paulo Bento, más bien poca. Que se lo digan a Almeida, que se empeñó en mandar fuera un balón que ya estaba prácticamente dentro. O a Cristiano, errático en una finalización fácil tras recoger un rechace en un cabezazo al larguero.
Ahí acabaría el balance ofensivo luso. Con esa ocasión y con la salida de Almeida, Nani y Cristiano Ronaldo. Creció Argentina a partir de entonces alrededor de, por supuesto, Leo Messi y de Javier Pastore. El jugador del Palermo tiene presencia y facilidad para asociarse y facilitar las transiciones en las zonas decisivas. Justo lo que necesita Argentina. En esa ocupación inteligente del espacio encontró tres ocasiones inmejorables para marcar: dos se fuero al palo y otra al pecho de Rui Patricio.
Ambos se quedaron sin tiempo para hacer más demostraciones de su falta de puntería pero Coentrao, inoportuno, quiso conceder otra más a la albiceleste, esta vez desde los once metros. Messi no desaprovechó el regalo y decidió. Es lo que, al fin y al cabo, se le pide. ¿O no?
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