El sueño de Yangje no podría hacerse realidad si no hubiera sido por las subvenciones gubernamentales de que disfrutan ella y sus compañeros de escuela. Más de 600 de los 700 estudiantes de la escuela provienen de remotas zonas rurales. La escuela les suministra comidas, residencia, uniformes, libros y materiales escolares de forma gratuita. Esta política se aplica a todas las escuelas primarias y secundarias de Lhasa y lleva en vigor más de 20 años.