Es el último semestre de Yangje, de 16 años, en una escuela secundaria de Lhasa. Sus padres son campesinos y su casa se encuentra a más de 60 kilómetros de Lhasa. Hace tres años ingresó en el internado junto a otros 600 estudiantes. En la actualidad, como mejor alumna y delegada de su clase, es el orgullo de sus padres y profesores.