Por último, la Comisaria dice que el visitante concede especial atención al muñeco gigante que se aloja en la sala de Isabel Coixet, y comenta que Miguelín incluso “se ha convertido en una especie de segunda mascota de la Expo junto con Haibao, la gente que viene al Pabellón de España viene a ver el edificio y a Miguelín”. Dice Tena que “Miguelín es una imagen del futuro, es un símbolo muy potente, porque con él va un mensaje de ciudades solidarias, de ciudades mejores, donde los ciudadanos son libres, son igualitarios, tienen educación y salud pública”, añadiendo que “a través de los sueños de Miguelín España está mostrando sus conquistas en las ciudades, y aunque no venimos a dar lecciones pero sí queremos mostrar qué es lo que hemos conseguido, y Miguelín sueña para todo el mundo esos logros de las ciudades españolas”.

Desde el punto de vista de los logros alcanzados por España en el plano urbanístico y ecológico, dice la Comisaria, “el Pabellón también muestra el grado de sostenibilidad alcanzado en nuestras ciudades, primero por el material del que está hecho, el mimbre. Este Pabellón, que ha incorporado 824 placas de mimbre sobre una gran estructura de metal, no es sólo una obra de ingeniería increíble, es también una gran operación de reciclaje, y habla de cómo en nuestras ciudades reciclar ya no es un desiderátum, sino una realidad y una obligación, y cómo se ha hecho este proceso es algo que también queremos mostrar al mundo”. Por otro lado, dice la Comisaria, “también es muy importante el hecho de que tenemos en nuestro Pabellón una entrada especial para minusválidos y un espacio adaptado a personas con problemas de movilidad y ancianos, como un indicador de los avances que nuestras ciudades han realizado también desde el punto de vista de la habitabilidad”.