R: A medida del continuo incremento de la economía nacional, en especial después de la incorporación a la OMC en 2001, el mercado de capital de China ha empezado a vincularse con el mercado de capital del exterior, y un creciente número de empresas estatales grandes vuelven la mirada a este mercado y se esfuerzan por cotizar en ultramar.
El mayor significado de la salida de las empresas estatales a cotizar en ultramar consiste en impulsarlas a hacer cambios. Como todos saben, el mercado maduro del exterior son muy exigentes con las compañías cotizadas y la cotización es un proceso que obliga a las empresas a cambiar de sistema. Aceptar la supervisión de los inversionistas de calidad más elevada y del mercado de capital internacional más reglamentado mediante la cotización en ultramar es muy beneficioso para la reforma, el desarrollo y la elevación de las empresas estatales. Pues, esto impulsa en cierto grado a las empresas estatales grandes a hacer reforma para la conversión en compañías reglamentadas según el sistema empresarial moderno, y transformarse así en empresas modernas adaptadas a la producción socializada y los requisitos del mercado, acordes con la práctica internacional y dotadas de una poderosa fortaleza y vigor de desarrollo.
Además, en comparación con las bolsas chinas que tienen muchos factores de no mercado, la ventaja de las bolsas de ultramar tales como el bajo costo y la alta flexibilidad de la refinanciación constituye otra móvil importante que atrae a cotizar a muchas empresas estatales chinas. A principios de los 1990, estas empresas empezaron a entrar en el mercado de capital internacional, cotizando primero en Hong Kong y luego en Estados Unidos, donde la operación de las bolsas de valores es muy reglamentada y creadora. En años recientes, centenares de empresas chinas han cotizado con éxito en Hong Kong, EE.UU., Canadá y Australia, lo cual no solamente les ha permitido realizar la financiación, aprender modos y experiencias de administración avanzados del exterior y mejorar el mecanismo de compañía, sino que también las ha llevado imperceptiblemente a elevar su prestigio en ultramar, influencia sobre el mercado y capacidad competitiva, creando en consecuencia condiciones para su desarrollo en todos los aspectos.
En la actualidad, los inversionistas y bancos de inversión del exterior están muy interesados en las compañías cotizadas procedentes de China y esperan encontrar en ellas mejores oportunidades de inversión y negocio. En 2003, otras 48 empresas estatales chinas fueron cotizadas en ultramar por primera vez (se dice Initial Public Offering en inglés), recolectando un monto de fondos por un valor aproximado de US$7.000 millones; y en 2004, el número de las empresas que hicieron tal se elevó a 84, reuniendo un monto de fondos en US$11.151 millones. Si bien el éxito de la cotización en ultramar es alentador, no hay que perder de vista que en 2004 cierta compañía del país cotizada en ultramar sufrió una enorme pérdida debido a la disfunción del mecanismo de supervisión interna y su caso dio alarma a las demás empresas chinas cotizadas en el exterior. La cotización exitosa no significa sanseacabó en ningún sentido. Pues, al ser cotizadas, las compañías deben seguir dando informaciones propias según lo que exige la parte de supervisión de ultramar para asegurar su independencia relativa.
A tenor de la necesidad del desarrollo de la economía nacional, China continuará elevando sin pausa el nivel de apertura al exterior, combinará más estrechamente el mercado nacional con el internacional, y asumirá una postura más activa para participar en el proceso de la globalización económica en campos más amplios. Para este propósito, China creará un entorno de mayor holgura en cuestión de políticas y fondos, con el fin de impulsar aún más la cotización de empresas en ultramar.
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