Según Time, lo que más llama la atención en el crecimiento demográfico del país son las contribuciones enormes que hacen los inmigrantes chinos a la economía española. Pese a que solo representan el 3 por ciento de los 4,7 millones inmigrantes que viven en territorio español, de cada 100 empresarios foráneos 16 son de origen chino.

Los inmigrantes chinos son una fuerza vigorosa de las pequeñas y medianas empresas de España, donde se dedican principalmente a la restauración y el comercio minorista. El 10 por ciento de la industria textil de ventas al por menor del país ibérico está en manos de los chinos y la mayoría de las tiendas pequeñas y fáciles abiertas también por ciudadanos chinos, son identificadas por los españoles como “supermercados chinos”.

En los últimos años, la nueva generación de los inmigrantes chinos ha ejercido una influencia mucho más profunda en la sociedad española. Li Tie llegó a Madrid en 1993. Al principio vendió bolsos en la calle, pero ahora se ha convertido un millonario que dispone de una empresa de importación y exportación, dedicada exclusivamente al suministro de mercancías a los “supermercados chinos” en España. María Libao, que viajó de China a España hace 17 años, tiene en este momento una cadena grande de restaurantes asiáticos.

El abogado de origen chino Wang Jiyong considera que “España trata amistosamente a los inmigrantes y aplica poca políticas de discriminación”. Pero al mismo tiempo señaló que, en comparación con los inmigrantes europeos, los chinos establecidos en España son relativamente cerrados y no se integran mucho con los ciudadanos locales. “Todavía no nos hemos integrado totalmente en España y muchos inmigrantes chinos no estudian ni el idioma español, porque viven todo el tiempo en el círculo chino”.

Uno de los objetivos del concurso de belleza de Miss China consiste en romper los obstáculos entre los inmigrantes chinos y los españoles. Esperanza Liu manifestó que, “a diferencia de sus padres, la segunda generación de inmigrantes chinos han recibido una educación de alto nivel y tiene más ganas de integrarse a la cultura española”.

La ganadora del evento, Elisa Zheng confesó que habla mejor el español que el chino y que desea ser azafata en alguna aerolínea. A la hora de recibir la corona, la chica no derramó ni una lágrima de emoción, no así su madre, Cristina, que sí lloró y declaró que “el éxito que logró mi hija era un sueño imposible para mí hace 20 años”, cuando llegó a España.