La pérdida de cabello masculina es el tipo más común de pérdida de cabello que conduce a la calvicie y normalmente es hereditaria, causada por un exceso de testosterona.

Normalmente, el pelo de la coronilla es el primero que cae, y el área calva va aumentando gradualmente, aunque sin afectar normalmente el crecimiento del pelo en la zona posterior de la cabeza, que está influenciada por la melatonina más que por los andrógenos.

Aquellas mujeres con desórdenes hormonales pueden sufrir pérdidas de pelo similares, aunque normalmente no tan acusadas como las de los hombres.

De acuerdo con el doctor Li, la herencia genética, el sexo y la edad son los factores determinantes, y la calvicie afecta sobretodo a hombres con una historia familiar de calvicie.

"La pérdida de cabello causada por factores genéticos puede darse naturalmente en hombres jóvenes, incluso de 18 o 19 años" comenta Li. "Pero muchos que deberían empezar el proceso más tarde lo ven acelerado debido a un estilo de vida poco saludable, mucho estrés y por vivir en lugares con altos índices de contaminación”.

Por eso, dice Li, “aunque realmente no podemos cambiar la tendencia a perder pelo que está escrita en los genes, pero un cambio en los hábitos de vida diarios puede por lo menos retrasar el proceso”.

De acuerdo con la medicina tradicional china, la falta de nutrición por medio de la sangre y una energía (qi) débil es la principal razón de los problemas del cabello, entre ellos la calvicie.

Dormir al menos ocho horas al día, comer equilibradamente, y hacer ejercicio regularmente ayuda a asegurar un flujo suficiente de sangre y energía hacia los diferentes órganos y hacia la superficie cutánea, comenta el doctor Ma Shaoyao, del Departamento de Cuidados Especiales del Hospital Longhua de la Universidad de Shanghai. Ma recomienda consumir alimentos que permiten reforzar los flujos de energía y sangre, como el sésamo y la jojoba.

El doctor Li, por su parte, recomienda alimentos con alto contenido de proteínas y vitaminas, especialmente A y B. Entre ellos se cuentan la leche, el

tofu, la clara de huevo, las zanahorias y el rábano. Li sugiere cocinar el rábano junto con carne para asegurar una mejor absorción de vitamina A, y evitar las comidas picantes, ya que incrementan la producción de sebo.

Uno de los mitos sobre la pérdida de cabello es que lavarse la cabeza incrementa la probabilidad de pérdida, comenta Li. Pero según el doctor, lavarse el pelo ayuda por el contrario a eliminar el sebo acumulado y previene el bloqueo de los folículos capilares. Lo ideal, según Li, es lavarse la cabeza cada uno o dos días, en particular en el caso de los hombres. Las mujeres con el pelo largo no necesitan lavarse tan a menudo.

Además, reducir la exposición a la radiación de los ordenadores es también importante, manteniendo una distancia apropiada y limitando su uso en lo posible.

En los casos más severos, es necesaria la medicación. En ocasiones, esta está indicada para reducir la secreción de hormonas, lo que sin embargo puede tener efectos negativos sobre la fertilidad.

La medicación más común es la de uso externo. El jengibre es muy utilizado como remedio casero, ya que se dice que aplicar una loción hecha a base de jengibre, o bien directamente las rodajas de jengibre sobre el cuero cabelludo, ayuda a detener el proceso. Sin embargo, en el caso de aquellos folículos que ya están dañados o han muerto, es inefectivo.

Los trasplantes de cabello son probablemente el único medio para aquellos con folículos muertos. La cirugía trasplanta folículos sanos de la parte posterior de la cabeza del paciente a la parte dañada. El método más utilizado es el Trasplante de Unidades de Folículos, por sus buenos resultados y el aspecto natural del pelo tras la operación.

Aquellos que consideren hacerse un trasplante, deben buscar un hospital calificado para ello y consultar al médico antes de realizar la operación, ya que si el paciente padece enfermedades como la diabetes o presenta problemas cardiovasculares, éstos podrían hacer desaconsejable la misma.