1. La Esfinge, Egipto

Las pirámides de Egipto, una de las siete maravillas arquitectónicas antiguas del mundo, se yerguen en la aldea de Giza, a varios kilómetros al oeste del Cairo. La esfinge se encuentra al este de la pirámide de Keops, la mayor de todas. En el año 2610 antes de nuestra era, el faraón Jnum-Jufuy viajó a Giza poco antes de que finalizaran las obras de construcción de su tumba-pirámide. Durante la inspección, notó que había una enorme roca en la cantera y ordenó en seguida a los trabajadores labrar una esfinge que representara su rostro. Desafiando el calor sofocante, los canteros tallaron un año tras otro y finalmente terminaron la obra. La estatua mide 20 metros de alto y 57 de largo y la cara tiene un adorno en relieve con forma de cobra en la frente. En la cabeza, la estatua del faraón lleva una corona Naims, y luce una larga barba, uno de los símbolos del emperador. Las orejas miden más de dos metros. La nariz, famosa porque se perdió al ser volada por Napoleón Bonaparte, ha sido objeto de numerosos intentos de restauración, pero debido a razones técnicas la escultura sigue manteniendo en la actualidad la misma apariencia.