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5. Cara
Nunca grite a nadie, incluso cuando esté haciendo algo mal. Perder los nervios solo hará que la otra persona sienta que ha perdido la cara (esto es, su dignidad) y seguramente hará que evite tomar responsabilidades sobre el problema. Mejor sonría, sea amable y pida encarecidamente que le “ayuden” a solucionar cualquiera que sea el problema.
6. Relaciones hombre-mujer
Desgraciadamente, la imagen de la mujer americana suelta perpetrada por las películas de Hollywood permanece viva y está muy extendida, incluso en China. Si un hombre se acerca demasiado a usted, grite la palabra china para decir “no” (bu). Si lo pronuncias enérgicamente, te saldrá en el tono correcto. Si es usted varón, evite tocar a las mujeres chinas, para evitar que piensen que les está haciendo proposiciones indecentes.
7. Muestras públicas de afecto
Mientras que los jóvenes chinos pueden ser tan abiertos como los occidentales, las personas mayores no suelen estar acostumbradas a las muestras públicas de afecto. Mire siempre a su alrededor. A los ancianos chinos, todo lo que salga de tomar la mano de su pareja o darle un beso en la mejilla les puede sacar los colores.
8. Respeto a los mayores
Abrir la puerta y ceder el asiento a una persona mayor o del sexo contrario está bien visto. No se sienta ofendido si los jóvenes chinos –chicos o chicas- le ofrecen su mano al subir escaleras o cualquier otro tipo de ayuda si eres mayor. No es que piensen que es más débil. Simplemente tratan de ser educados.
9. Sonreír
Los chinos sonríen por muchas más razones que el resto. Una sonrisa puede significar que la persona siente vergüenza, que intenta ser amable, que siente curiosidad, está feliz o simplemente simpatía. En una discusión, una sonrisa del interlocutor significa que no quiere tomarlo de manera personal. Cuando todo lo demás falle, sonría en China. Ello es muestra de que no tiene malas intenciones y puede funcionar sorprendentemente, hasta el punto de conseguir un mejor servicio.
10. Propinas
Si piensa volver a un restaurante, deje propina. Las guías aconsejan que no lo haga, pero de hecho la mayoría de los chinos saben suficiente de occidente como para saber que la propina es una práctica común en otros países. Las propinas son escasamente (según nuestra experiencia, nunca) rechazadas y son muestras de buena voluntad.