A partir de 1981, se inició nuevamente la reforma del uniforme. En enero de 1984, la Comisión Militar Central ratificó el plan y equipó al año siguiente a todo el ejército. De ahí su nombre modelo 85. Este siguió el modelo 55 pero registró algunos cambios como el uso de gorra de gran visera con una insignia redonda que llevaba una estrella roja y números chinos ocho y uno, y distintivo de cuello y charretera de arma. A los oficiales y soldados se les añadió camisa de corte uniforme. La ropa de verano e invierno de los oficiales de rango superior al jefe de regimiento fue de tela de valitin y mecha respectivamente. Su abrigo fue de lana. Para los oficiales de rango superior al jefe de cuerpo del ejército el uniforme fue de pura lana y para los oficiales de rango de jefes de división y regimiento, de mezcla de lana y poliéster. Los oficiales de rango inferior al jefe de batallón y los soldados usaron uniforme de tela mezclada de poliéster, poliamidas y algodón. Aunque el uniforme modelo 85 hizo mejoramiento en la calidad y el ornamento, perteneció todavía a un sistema unitario, contando sólo con vestido ordinario, sin vestido ceremonial y de combate y maniobra. Por eso no pudo cubrir las distintas necesidades del ejército para la batalla y el entrenamiento y tuvo una gran distancia en comparación con los uniformes militares de los países avanzados.