Gongwangfu fue la mansión del príncipe de la dinastía Qing (1644-1911) y actualmente está considerada como la mejor conservada entre sus similares ubicadas en Beijing. Además de su valor artístico y cultural particular, fue testigo de la prosperidad y decadencia de la última dinastía feudal de China. “Un Gongwangfu es la mitad de la historia de Qing”, subrayó el famoso geógrafo Hou Renzhi, para ilustrar la enorme importancia del complejo.
Experimentando las vicisitudes, la mansión cambió de dueño en varias ocasiones. Fue originalmente casa privada de He Shen, nacido en 1750, superpoderoso y rico y ministro favorito del emperador Qianlong. Posteriormente a ese funcionario el emperador Jiaqing le otorgó el favor del suicidio en 1799, y cedió la mitad de la residencia a Wang Yonglin, príncipe Qingxi.