Oí la historia de Lara en un bar situado en las orillas del Río Yangtze y descubrí recientemente el encanto de Wuhan por mí mismo. Este lugar tiene tanto que si no viviese en Beijing, probablemente viviría en Wuhan.
Este lugar es una gema pasada por alto. Cuenta con un enorme río como Shanghai, y tantos edificios coloniales de gran estilo. Hace 100 años, Wuhan fue una de esas áreas de concesión, y los Americanos, Alemanes, Rusos, Japoneses y Franceses comenzaron a construir enormes edificios de oficina y viviendas adornados con objetos encantadores en sus fachadas. Hay cientos de ellos. Sabiamente, el gobierno ha conservado la arquitectura.