Según datos históricos, Qian Long elaboró un dou (utensilio que se usa para medir el contenido de áridos) de plata, con el cual medía especialmente el peso del agua manantial de diferentes lugares, comparando su calidad. Dicen que el agua de peso más ligero es la de mejor calidad. De acuerdo con el resultado de la medición, el agua de la colina de Yuquan, en Beijing, era más ligera, en memoria de lo cual Qian Long escribió un artículo titulado “Primer manantial bajo el cielo.”
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Qian Long descubrió que más ligera aún que el agua del manantial de Yuquan era la obtenida de la nieve y del rocío sobre las hojas de loto. Pero el agua de la nieve no se puede lograr en cualquier época. Por eso, además de usar el agua del manantial de Yuquan, Qian Long gustaba de recoger el rocío acumulado sobre las hojas de loto en verano y otoño. No es mero rumor, el hecho ha quedado registrado para la historia en un poema de Qian Long, quien cada año, de mayo a septiembre, solía irse a la Hacienda Imperial de Veraneo de Chengde a despachar los asuntos estatales.