(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Un paro general de 48 horas de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Chile trabajadores y las protestas de organizaciones estudiantiles que desde hace tres meses reclaman una reforma profunda del sistema educativo pondrán a prueba esta semana la fuerza del Gobierno del presidente Sebastián Piñera.

Los estudiantes, que han protagonizado ya varias marchas masivas y mantiene más de 200 centros educacionales ocupados, poniendo en peligro el actual curso escolar, anunciaron que respaldarán la convocatoria de la CUT, que destaca que “Chile debe tener una nueva política económica, no monetarista, democrática y que aspire a una redistribución de los ingresos, que permita al país potenciar sus riquezas y superar las desigualdades actuales”.

Entre las demandas del sindicato, que agrupa a alrededor de un millón de trabajadores de una fuerza laboral de unos ocho millones, están una nueva Constitución y un plebiscito vinculante, “que permita que sean las grandes mayorías de chilenos las que resuelvan la crisis de la educación chilena”.

El Gobierno, reportó Xinhua, insiste en que ese paro es innecesario, reiterando que la economía marcha bien y que al país hay que prepararlo ante la incertidumbre de las economías de Estados Unidos y Europa.

Este domingo, en una entrevista publicada por el matutino El Mercurio, el presidente Piñera aseguró que el Ejecutivo está dispuesto a dialogar “directamente” con los estudiantes, aunque advirtió que no renunciará al “derecho y obligación de gobernar, siempre pensando en el bien común de todos”.

El mandatario afirmó que comparte la “esencia” de las demandas de los estudiantes, movilizados desde hace tres meses para exigir mejoras en la educación, aunque consideró que “muchas veces piensan sólo en sus propias necesidades”.

Este domingo, en Santiago, capital del país, decenas de miles de familias se dieron cita en el emblemático Parque OHiggins, para manifestar su apoyo a las demandas estudiantiles y aumentar las presiones sobre el Gobierno.

Los jóvenes exigen eliminar el lucro en la educación con el dinero del Estado, que se termine con la administración de la enseñanza y que se extienda la educación pública, la cual se privatizó durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).

Paralelamente, 42 estudiantes mantienen una huelga de hambre, tres de los cuales, todos alumnos del nivel secundario, cumplieron este domingo 34 días de ayuno.

El Gobierno ha presentado tres propuestas a los estudiantes, las cuales han sido rechazadas, e incluyen medidas como más créditos con menores tasas de interés para el pago de las universidades, desmunicipalización parcial de los colegios y hacer cumplir la ley que establece que en los altos centros de estudio privados deben reinvertir y no lucrarse con la educación.

Los episodios de violencia protagonizados por grupos de encapuchados en las marchas convocadas por los estudiantes, dijo el mandatario a El Mercurio, tienen “motivaciones mucho menos sanas y transparentes” que mejorar el sistema educativo.

Sin dar detalles, sostuvo que “hemos detectado todo tipo de correlaciones con grupos extranjeros que están contribuyendo a generar este clima de violencia y desestabilización”.

Este conflicto estudiantil, así como los errores que ha reconocido el Gobierno para enfrentarlo, hicieron bajar la popularidad de Piñera, según los últimos sondeos, a solo un 26 por ciento de aprobación popular, la cifra más baja que ha registrado un jefe de Estado desde la vuelta de la democracia al país, en 1990.

Piñera le restó importancia a los resultados de las encuestas y comentó que ahora hay una “nueva ciudadanía más consciente de sus derechos”, que es “mucho más exigente” con su Gobierno que con los anteriores de la opositora de centroizquierda Concertación, que gobernó desde 1990.

Además, añadió, “los movimientos sociales piden muchas cosas. Da la impresión de que quieren que los problemas que se arrastran por décadas se resuelvan todos aquí y ahora, para todos y en forma absoluta”.

Llamó a la oposición a tener “una conducta seria y responsable; que sepamos distinguir entre lo que es populista y lo que es responsable; que tengamos un compromiso por mantener nuestra fortaleza fiscal y nuestros equilibrios macroeconómicos.

Finalmente, destacó la importancia de entender que “no basta con los pilares del pasado, cuando se pensaba que bastaba con una democracia estable y una economía de mercado para que los países crecieran”.