Chile será escenario la próxima semana de un paro general de los trabajadores y seguirán las protestas estudiantiles por una profunda reforma de la educación.

La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) ha llamado a una huelga general los días 24 y 25 de agosto, y el movimiento estudiantil, que ha protagonizado tres meses de marchas masivas y mantiene más de 200 centros educacionales ocupados, se sumará a dicha movilización obrera.

La convocatoria de la CUT destaca que "Chile debe tener una nueva política económica, no monetarista, democrática y que aspire a una redistribución de los ingresos, que permita al país potenciar sus riquezas y superar las desigualdades actuales".

Entre las demandas de la CUT, que agrupa a alrededor de un millón de trabajadores de una fuerza laboral de unos 8 millones, están una nueva Constitución y un plebiscito vinculante, "que permita que sean las grandes mayorías de chilenos que resuelvan la crisis de la educación chilena".

El gobierno ha insistido en que ese paro es innecesario, reiterando que la economía marcha bien y que el país hay que prepararlo ante la incertidumbre de las economías de Estados Unidos y Europa.

Este domingo, en una entrevista publicada por el matutino "El Mercurio", el presidente Sebastián Piñera planteó la disposición de su gobierno a dialogar "directamente" con los estudiantes, aunque advirtió que no renunciará al "derecho y obligación de gobernar, siempre pensando en el bien común de todos".

Según Piñera, compartía la "esencia" de las demandas de los estudiantes, movilizados desde hace tres meses para exigir mejoras en la educación, aunque consideró que "muchas veces piensan sólo en sus propias necesidades".

Este domingo, en Santiago, ccapital del país, decenas de miles de familias se dieron cita en el emblemático Parque OHiggins para manifestar su apoyo a las demandas estudiantiles y aumentar las presiones sobre el gobierno.

Los jóvenes exigen eliminar el lucro en la educación con el dinero del Estado, se termine con la administración de la enseñanza y que extienda la educación pública, la cual se privatizó durante el régimen militar en 1980.

Paralelamente, 42 estudiantes mantienen una huelga de hambre, tres de los cuales, todos alumnos del nivel secundario, cumplieron este domingo 34 días de ayuno.

El gobierno ha presentado tres propuestas a los estudiantes, las cuales han sido rechazadas, e incluyen medidas como más créditos con menores tasas de interés para el pago de las universidades, desmunicipalización parcial de los colegios y hacer cumplir la ley que establece que en los altos centros de estudio privados deben reinvertir y no lucrarse con la educación.

En la entrevista, Piñera afirmó que compartía los planteamientos del movimiento estudiantil para "dar un gigantesco salto adelante en materia de calidad de la educación" y reforzar las universidades públicas, aunque defendió la "innovación y el emprendimiento" que han aportado las instituciones privadas.

En ese sentido, indicó que los episodios de violencia protagonizados por grupos de encapuchados en las marchas convocadas por los estudiantes tienen "motivaciones mucho menos sanas y transparentes" que mejorar el sistema educativo.

Sin dar detalles, el mandatario sostuvo que "hemos detectado todo tipo de correlaciones con grupos extranjeros que están contribuyendo a generar este clima de violencia y desestabilización".

Este conflicto estudiantil, así como los errores que ha reconocido este gobierno de derecha para enfrentarlo, hicieron bajar popularidad de Piñera, según los últimos sondeso que dan al mandatario sólo un 26 de aprobación popular, la cifra más baja que ha registrado un jefe de Estado desde 1990.

Para revertir esta situación de crisis, el presidente cambió a ocho ministros.

Al referir este tema, Piñera le restó importancia a los resultados de las encuestas, y dijo que ahora hay una "nueva ciudadanía más consciente de sus derechos", que es "mucho más exigente" con su gobierno que con los anteriores de la opositora de centroizquierda Concertación, que gobernó desde 1990.

Además, comentó que "los movimientos sociales piden muchas cosas. Da la impresión de que quieren que los problemas que se arrastran por décadas se resuelvan todos aquí y ahora, para todos y en forma absoluta".

Por ello, hizo un llamado a la oposición a tener "una conducta seria y responsable; que sepamos distinguir entre lo que es populista y lo que es responsable; que tengamos un compromiso por mantener nuestra fortaleza fiscal y nuestros equilibrios macroeconómicos; que sigamos impulsando la agenda de impulsos competitivos, de lo contrario esto será un obstáculo para el crecimiento futuro", advirtió.

Finalmente, destacó la importancia de entender que "no basta con los pilares del pasado, cuando se pensaba que bastaba con una democracia estable y una economía de mercado para que los países crecieran.

"Eso ya no es suficiente, y por eso tenemos y estamos construyendo los nuevos pilares del desarrollo, para lo cual pido unidad y colaboración", enfatizó. Fin