Dos personas muertas, anegamientos en al menos seis barrios, caos de tránsito y suspensiones del servicio de transporte subterráneo fueron las consecuencias de una violenta tormenta que se abatió ayer sobre la capital argentina, Buenos Aires, y alrededores, la segunda de iguales características en cinco días.
La tormenta tuvo lugar en la tarde del viernes y, según el Servicio Meteorológico Nacional argentino (SMN), cayeron 80 milímetros en dos horas, lo que provocó el colapso de los sistemas de desagüe de la capital argentina.
Tal como ocurrió en la noche del lunes pasado, el arroyo Maldonado, que corre por debajo de los barrios de Villa Crespo y Palermo, se desbordó, lo que derivó en anegamientos en esos dos distritos, especialmente en la intersección de las esquinas de las avenidas Santa Fe y Juan B. Justo, donde el agua alcanzó 1,20 metro de altura.
Durante la tormenta, dos hombres perdieron la vida en estaciones de trenes de la ciudad. Los dos decesos determinaron la suspensión de ambas líneas, que conectan con el norte y oeste de la periferia.
Entre tanto, La línea Roca, que une con el sur, canceló sus servicios por presencia de agua en las vías.
Anegamientos también se produjeron en los barrios de Belgrano, donde se vio a bomberos, policías y grupos especiales de rescate con botes de goma y sogas atadas a columnas para ayudar a la gente a cruzar las calles donde el agua llegaba hasta por encima de la cintura.