Doce días después de que la capital haitiana se viera sacudida por un temblor de 7,3 grados en la escala Richter, la vida en la ciudad empieza a regresar lentamente a la normalidad. Los reportes de violencia y robos son ahora menos frecuentes, en parte gracias a los patrullajes conjuntos de los soldados estadounidenses, las fuerzas de paz de la ONU y a la policia local, quienes gradualmente han restaruado la estabilidad en la ciudad.
Los problemas de logística de la semana pasada, sobretodo en lo referente al suministro de alimentos, están empezando a solucionarse después de que el sábado finalmente algunos supermercados volvieran a abrir sus puertas. Sin embargo, la reapertura de los supermercados ha provocado aglomeraciones para comprar alimentos y disturbios.
Ayer, los equipos de rescate y búsqueda de la ONU, de diferentes paises, así como las organizaciones de ayuda y cuerpos internacionales suspendieron la búsqueda de supervivientes después de que hayan pasado doce días desde el desastre, aunque continúan ofreciendo servicios médicos a los afectados, y las personas que perdieron sus casas siguen siendo llevadas a refugios con tiendas fuera del centro de la ciudad.