Según la viceministra de Exteriores del Gobierno del presidente derrocado Manuel Zelaya, Patricia Licona, varios países han solicitado que la XIX Cumbre Iberoamericana, inaugurada el pasado domingo en la localidad portuguesa de Estoril, se pronuncie sobre la crisis política en Honduras, especialmente ahora que el gobierno golpista del país ha celebrado unas elecciones presidenciales.
Este tema tiene dividida a la Comunidad Iberoamericana, integrada por los países de habla hispana de América Latina, así como por España, Portugal y Andorra, sin que los diferentes gobiernos lleguen a un consenso al respecto. Así, mientras que Panamá, Costa Rica y Perú anunciaron, siguiendo la postura de Estados Unidos, que reconocerán el resultado de las elecciones celebradas el domingo en Honduras, el resto de los países rechaza que se legitimen unos comicios organizados por un gobierno golpista.
Hasta ahora, varios altos funcionarios han hecho comentarios sobre el tema. Por ejemplo el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, que no ha dejado de buscar un consenso sobre Honduras entre los mandatarios, dijo que "el candidato ganador de estas elecciones debería dar muestras en los meses que faltan para su toma de posesión, que seré el 27 de enero, de que está dispuesto a convocar a un gobierno de unidad nacional y reconciliación, con la participación del presidente depuesto Manuel Zelaya, a quien hay que devolverle sus poderes constitucionales". Funes también ha anunciado que propondrá a los gobiernos de América Latina que se reforme la Carta Democrática de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para que "no sólo quede explícito que no se reconocen gobiernos de facto que resulten del rompimiento de la institucionalidad, sino que también apruebe sanciones económicas y diplomáticas".