Tras la Dinastía Song, los nómadas del norte llegaron a las planicies de la China central para establecer sus propios reinos, recibiendo la influencia paulatina de los pueblos de las planicies. Por ejemplo, los delicados recipientes de porcelana fueron reemplazando los pellejos para el agua que los nómadas utilizaban corrientemente, aunque algunos elementos propios se mantuvieron. Los colores del vidriado que se empleaban para decorar las teteras seguían imitando el color de la piel, y los recipientes mezclaban el estilo nómada con la cultura de las planicies centrales de China.
Infuidos por la cultura persa, durante la Dinastía Yuan (1271-1368) nació la porcelana blanquiazul. La etnia Han se resistió a aceptar este avance, ya que consideraban que tal combinación de colores no daba buena suerte. Con el paso del tiempo, la mentalidad fue cambiando y estas teteras se veían como un rasgo de elegancia.