El arte de la pirografía
Al principio, los grabados integraban la pintura china tradicional y la pintura folclórica. Más adelante, los artesanos incorporaron muchas otras tendencias, y experimentaron audazmente con expresiones del arte occidental con admirables resultados. Así, la técnica progresó en expresividad, contenidos, herramientas y materiales.
Expresividad
En la antigüedad, los artesanos se recostaban en un lado de la cama, en una postura que recordaba a la de los adictos al opio, para decorar los materiales con herramientas que se calentaban en una lámpara cercana, de modo que la técnica recibió el nombre de “pirografía durmiente”. Este método solo servía, sin embargo, para decorar objetos pequeños y era difícil desenvolverse a la hora de manejar los materiales, por lo que la técnica del grabado al fuego se vio restringida significativamente. En la década de los 40 del siglo XX, los artesanos empezaron a colocar las agujas de metal en soportes para bolígrafos, propiciando el paso a la “pirografía sentada”. Este método era mucho más flexible y simple, y posibilitó que se estudiaran nuevas posibilidades de este arte.
Herramientas
En un principio, los grabados se hacían con agujas de hierro que los artesanos calentaban en lámparas de aceite para luego aplicarlas sobre pequeños objetos de uso diario, como palillos o peines. Más tarde, se empezaron a hacer cambios en las herramientas utilizadas, hasta que las tradicionales agujas fueron reemplazadas por lápices de soldadura eléctricos o que funcionaban con láser, con los que era mucho más sencillo controlar la temperatura, y cuyas múltiples formas permitían una mayor variedad de trazos, con lo que permitieron dotar a esta antigua forma artesanal de una habilidad expresiva sin precedentes.
Materiales
En el pasado, los grabados al fuego se hacían únicamente sobre la superficie de bloques de madera, cortezas de árbol, bambú o calabazas, lo que facilitaba el control del proceso pero también hacía que estas artesanías presentaran una gran variedad de texturas y considerables efectos producidos por los relieves. Los colores eran normalmente marrón oscuro o claro, e incluso negro. Hoy en día, sin embargo, el papel de arroz y la seda se unen a los materiales originalmente utilizados confiriéndoles una mayor riqueza artística. Tanto el papel como la seda se suelen decorar también, pero para ello hay que ser muy cuidadoso, ya que si la temperatura es muy alta o se ejerce demasiada fuerza, estos materiales se estropearán con facilidad. Si la temperatura por el contrario es demasiado baja, los dibujos no quedarán grabados en la superficie.