El tallado de semillas de frutos es una forma de ‘microescultura’ exclusiva de China. Estas obras, esculpidas en los huesos y semillas de frutos secos y frutas en general, reproducen figuras humanas, animales, paisajes y edificios.
Entre los materiales se encuentran las nueces, huesos de melocotón, de aceitunas, de albaricoque o cereza, todos apropiados para este tipo de escultura, aunque destacan como materia prima los huesos de aceituna que, por su tamaño tan reducido como un dedo, reflejan plenamente la habilidad y precisión del artesano.
Historia del tallado de semillas
El tallado de semillas y huesos de frutos tiene una larga tradición histórica en China, aunque sus orígenes no están claros. Los ejemplos más tempranos datan de la Dinastía Song, hace más de mil años.
Bajo la influencia del Budismo, la gente solía tallar los huesos de melocotón y albaricoque con figuras del zodiaco chino, seres inmortales, animales mágicos y demás elementos auspiciosos para llevarlos como amuletos. Más tarde, su originalidad y esquisitez hizo que salieran de los límites de la Corte Imperial para popularizarse entre la gente en general.
Los intelectuales, mercaderes y oficiales los llevaban con gusto para mostrar su estatus; incluso se reclutaban artesanos con habilidad para este tipo de tallado con el fin de producirlos para los nobles del Palacio Imperial.
En la antigua región de Jiaodong, en la actual provincia de Shandong, las semillas talladas se usaban como símbolo de amor. La muchacha entregaba al chico un morral y él, a cambio, le regalaba una semilla tallada.