Murales
El monasterio de Tar contiene innumerables murales. Son muchas enormes, coloridas y vívidas pinturas murales situadas en el Gran Templo de Azulejos Dorados, la Gran Sala de la Escritura y la Pequeña Sala de la Escritura.
Los murales fueron realizados directamente sobre paredes y vigas, pero también en muchas ocasiones sobre telas. Para mantener frescas as pinturas durante siglos se usaba una especie de tinte pedregoso mineral.
Los murales son ricos en contenido y elegantes en estilo. Muchos de ellos representan historias budistas. Las figuras de los murales adquieren diferentes posturas, y sorprenden por su extraordinario parecido con la vida real. Entre los murales del templo, las imágenes del Bodhisattva volador vestido con una fina y transparente gasa son las obras maestras más reconocidas. Montañas y ríos, flores y árboles, pabellones y terrazas comulgan en armonía mostrando un paisaje que emana serenidad.