En la historia de China, la dinastía Tang (años 618 – 907 d.C.) fue un periodo de unidad y prosperidad en el que la política y la economía alcanzaron un alto nivel de desarrollo. La abundancia material y una atmósfera social relativamente relajada dieron a la dinastía Tang una oportunidad sin precedentes para el desarrollo cultural, que alcanzó su cima con la poesía, la pintura, la música y la danza.
Debido a los avances en las técnicas de tejido y teñido de la seda, la variedad, calidad y cantidad de los materiales textiles alcanzó un nivel nunca antes visto. Los materiales de las vestimentas durante la época Tang eran exquisitos. Los ropajes de las clases altas estaban principalmente elaborados con seda y eran famosos por su textura suave y su ligereza. Las formas eran naturales, gráciles y elegantes, con un gran riqueza en los adornos.
Las prendas más impresionantes de este gran periodo de prosperidad eran los vestidos femeninos, complementados con peinados, adornos y maquillaje muy elaborados. Las mujeres de la época Tang vestían con conjuntos de prendas y cada conjunto de por sí constituía algo único. En general, los vestidos femeninos del periodo Tang pueden clasificarse en tres categorías:
El tradicional “ruqun”, la chaqueta corta de doble capa o forrada típica de la China central.; el “hufu”, un tipo de vestido extranjero que llegó a través de la Ruta de la Seda y todo el conjunto de prendas masculinas que supusieron una ruptura de las formalidades de la tradición confuciana.
El “ruqun” se compone de una chaqueta y un vestido largo, además de una falda. Las mujeres Tang heredaron este estilo tradicional y lo llevaron más allá, aumentando la apertura del escote hasta mostrar el canalillo entre los senos. Esta forma era inimaginable en las dinastías anteriores, en las que la mujer debía cubrir completamente su cuerpo, de acuerdo con los clásicos confucianos. Pero el nuevo estilo se expandió rápidamente entre las aristócratas de la dinastía Tang, que poseían una mentalidad más abierta.