Como resultado, la región se volvió inhóspita y desolada. Con el fin de recordar este episodio histórico y animar al cuerpo del dragón a recuperar su antigua condición y con ello devolver el verdor a la región, los habitantes de la calle Kushui iniciaron la costumbre de celebrar un festival anual para pedir al dragón que “levante su cabeza” nuevamente, en una tradición que ha llegado hasta nuestros días a través de cientos de años.
El 20 de mayo de 2006, la celebración de los “gigantes” fue aprobada por el Consejo de Estado de China como un patrimonio cultural intangible del país, llevando a los zancudos de la calle de Kushui a ofrecer sus actuaciones en muchas regiones del país e incluso en el extranjero.