Aunque los voluntarios llamaron a la policía, las fuerzas de seguridad no pudieron hacer mucho, ya que el propietario del vehículo tenía toda la documentación técnica y sobre cuarentena animal en regla.
Los voluntarios pusieron en duda la autenticidad de la documentación, pero las autoridades de supervisión animal de Pekín confirmaron la legalidad y validez de los certificados de Hao. Finalmente, los voluntarios decidieron comprar todos los animales para solucionar el problema.