Después de que An diera cuenta del hecho a través de su microblog, unas 100 personas, incluyendo voluntarios de varias ONG, llegaron al lugar con agua, medicinas y comida para perros. Los animales se encontraban en condiciones lamentables y algunos tenían vómito, mientras que otros habían perdido el conocimiento por el calor.
El dueño del camión, de apellido Hao, indicó a los periodistas que el matadero de destino se hallaba en el noreste de China y que habían realizado un encargo. “Los restaurantes allí necesitan desesperadamente perros; los hemos comprado pro 14 yuanes el kilo en Henan. Esperábamos ganar unos 10 mil yuanes o más con esta venta”, explica Hao, quien añade que no tenía idea de que el camión sería retenido.