Un activista en defensa de los animales, de apellido An, indicó al citado rotativo que él y los demás activistas tuvieron conocimiento del ‘cargamento’ a través de internet. Por ello, quedaron esperando al camión hasta alrededor de las 11 de la mañana en la autopista el viernes. “Si no hubiéramos intervenido, los perros habrían sido asesinados”, explica An. “Pensamos que teníamos que salvar sus vidas”.
El camión llevaba una jaula de acero de dos metros de alto y estaba dividida en cuatro pisos, cada uno de los cuales contenía más de cien perros. La mayoría de ellos eran perros callejeros, pero también había algunas mascotas, como huskys siberianos o labradores. Algunos de éstos tenían marcas de un collar en el cuello, según el periódico.