El padre colocó un signo luminoso pidiendo ayuda para buscar a su hijo, y ofreció una recompensa de 100 mil yuanes (15.156 dólares) en su tienda de Shenzhen. Además, inició un blog y unió fuerzas con otros padres que se encontraban en la misma situación.
Los niños secuestrados son vendidos a menudo a padres sin descendencia o a gente que concede importancia al género de su hijo. A menudo, los secuestradores obligan a los niños a mendigar y, para que resulten más dignos de compasión, incluso se les producen deficiencias de forma deliberada.