Peng Gaofeng, la policía de Shenzhen y Deng hallaron al niño en un pueblo del municipio de Pizhou, en Jiangsu. El pequeño reconoció a su padre de inmediato. “El que llora es mi padre, me acuerdo de él”, dijo Peng Wenle.
Cuando el niño telefoneó a su madre, la llamó “mamá” en el dialecto de Hubei, donde él nació. Tras un test de adn, se confirmó la paternidad biológica de Peng Gaofeng, quien fue autorizado a llevarse a su hijo de vuelta a casa.
El niño ha recibido buenos cuidados por parte de sus padres adoptivos durante los últimos tres años y su madre adoptiva lloró cuando éste se marchó con su verdadero padre. Se desconoce si la familia adoptiva lo compró de manos de los traficantes.
Peng Gaofeng tuvo que emplear casi todos sus ahorros en una búsqueda incansable para reencontrar a su hijo, que fue secuestrado en una calle de la ciudad cantonesa de Shenzhen.