El 12 de mayo de 2008, China vivió el seísmo más destructivo de su historia, que alcanzó 8,0 grados de magnitud en la escala de Richter y cuyo epicentro se localizó en el distrito de Wenchuan, en Sichuan, afectó también a algunas partes de las provincias vecinas de Shaanxi y Gansu.
El desastre causó la muerte de 68.712 personas, además de dejar a otras 17.921 desaparecidas, y provocó pérdidas económicas superiores a 800 mil millones de yuanes (117 mil millones de dólares).
Hu también expresó su agradecimiento a las organizaciones de la ONU, instituciones internacionales y personalidades de otros países por su asistencia y apoyo, y comentó que "en nombre del gobierno y el pueblo chinos, quiero expresar otra vez mi más sincero agradecimiento a los mandatarios, gobiernos, partidos políticos, instituciones sociales extranjeras y las embajadas en China por la ayuda y el apoyo prestados en el alivio del desastre y la reconstrucción".