El recorrido de un grupo de periodistas extranjeros por las calles de Lhasa, que fueron objeto de violentos disturbios hace casi dos semanas, fue interrumpido esta mañana por un grupo de lamas del templo de Jokhang, pero se reanudó con rapidez.
Más de una docena de lamas interrumpieron las declaraciones de un responsable del mencionado templo para provocar el caos.
Un oficial de la Oficina de Información del Consejo de Estado ( gabinete central), que organiza el viaje, manifestó que el trabajo de los periodistas continuó según el plan previsto después del incidente.
La camarilla del Dalai Lama nunca ha abandonado sus actividades secesionistas desde que se exilió en 1959. Además, había muchos indicios acerca de que la camarilla estaba detrás de los crímenes de Lhasa para sabotear la estabilidad y unidad de China, señaló Gesang Yexe, investigador de la Academia de Ciencias Sociales Tibetana.
En la actualidad, hay más de 1.700 templos en el Tíbet, y las actividades religiosas legítimas están protegidas por la ley, declaró Gesang Yexe.
En el templo de Jokhang, las actividades han continuado con normalidad, pese a la violencia en Lhasa a mediados de mes, indicó Norbu, director de la Admnistración Religiosa y Étnica de Lhasa.