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spanish.china.org.cn | 03. 12. 2021 | Editor:Elena Yang Texto

EE.UU. instiga “revoluciones de color” que derrocan gobiernos para mantener su influencia

Palabras clave: EE.UU., gobierno


Caso clásico de interferencia

La revolución de color no es una acción improvisada de un individuo, sino un acto político deliberado. Es un hecho coordinado por planificadores, entrenadores, financiadores, instigadores, alborotadores, seguidores y a veces terroristas o incluso mercenarios.

Los analistas sostuvieron que después de décadas de orquestar estos movimientos en el mundo, Estados Unidos cuenta con un sistema operativo maduro.

Primero, los planificadores encuentran un objetivo que "no gusta", luego inician una guerra psicológica. Por lo general, encuentran y organizan un grupo de activistas políticos con información y respaldo financiero para intensificar su sentimiento de rechazo. Después, ayudan a movilizar a las masas en protestas políticas que incluyen a organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación en la participación de marchas. Por lo tanto, se forma una cadena de manifestaciones que los planificadores simplemente azuzan y amplían con el fin de derrocar al gobierno de turno.

Existen algunas acciones utilizadas con frecuencia en estos levantamientos de color.

Las ONG bajo el control de Washington a menudo son utilizadas para infiltrar a largo plazo países específicos. La infame National Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia), una autoproclamada "ONG" por ejemplo, se sirve de recursos estatales para difundir la doctrina hegemónica de la Casa Blanca. A partir de 2016, había inyectado unos $ 96,52 millones a al menos 103 entidades anti-China, entre ellas grupos separatistas notorios como el Congreso Mundial Uigur (CMU) y el Congreso Juvenil Tibetano (CJT).

Estados Unidos también ha apoyado a organizaciones de jóvenes radicales y ha acogido a sus líderes como agentes. Uno de ellos, del Movimiento Juvenil 6 de abril de Egipto, contrario al régimen, fue invitado a Nueva York para la Reunión de Coordinación de Organizaciones Internacionales Juveniles en 2008. Este admitió más tarde en un documental que pasó por una "pasantía" y que estaba familiarizado en cómo hacer frente a la policía.

Asimismo, la prensa sirve para enraizar ideologías occidentales entre la gente. La radio Free Europe, financiada por el Congreso de los Estados Unidos, cumplió un rol vital en la contención de la Unión Soviética durante la Guerra Fría vía difusión y transmisión de noticias de ideologías occidentales en Europa del Este. En 2019, recibió fondos por un total de $ 124 millones para transmitir en 6 idiomas a 37,6 millones de radioyentes cada semana.

 

Un partidario de la oposición sube a una bandera nacional georgiana durante un mitin en el centro de Tbilisi el 2 de noviembre de 2007. 


En una suerte de asistencia disfrazada, Estados Unidos interviene en los asuntos internos del "país objetivo" y ofrece recursos a los partidos de la oposición. Años antes de la "Revolución de las rosas" en Georgia en 2003, gobiernos extranjeros e instituciones empezaron a brindar ayuda financiera a las ONG y partes opositoras en el país. USAID, por ejemplo, gastó $ 1,5 millones para informatizar las balotas de votos en Georgia.

Además, algunas marchas, entre ellas la de la organización contraria Otpor! en la revolución de Ucrania en 2004, "usaron un libro de texto" en las conferencias, el conocido From Dictatorship to Democracy (De la dictadura a la democracia) de Gene Sharp, gurú de la no violencia, según reportes periodísticos. La institución Albert Einstein de Sharp también recibió supuestamente fondos de la Fundación Nacional por la Democracia.

El fin de Estados Unidos de crear este malestar con revoluciones en el extranjero es desbaratar poderosos regímenes antiestadounidenses e impulsar sentimientos a su favor en su lugar, anotó Song Quancheng, jefe del Instituto de Estudios de Migración en la Universidad de Shandong.

Su truco favorito es representar y moldear la imagen de un régimen antiestadounidense o anti-OTAN como una dictadura que "plantea una grave amenaza a los derechos humanos de su pueblo", e interviene bajo el disfraz de "evitar un desastre humanitario ", acotó Song.

En tanto, los medios han mejorado en eficiencia a la hora de crear estos movimientos.

En la "Primavera árabe" de 2011, redes sociales como Facebook y Twitter tuvieron un uso extendido en la organización de marchas, difusión de información y comunicación con fuerzas externas.

Durante el levantamiento en enero de 2011 en Egipto, muchos jóvenes influenciados por Facebook y Twitter cayeron en el engaño y en el lavado de cerebro de promesas de "democracia y libertad" de Estados Unidos y Occidente, y participaron activamente en los acontecimientos, indicó Ahmed Elhusseyiny, investigador de China-África en la Universidad de El Cairo.

Pensaban que lo hacían por su nación, pero el hecho era que estaban siendo utilizados por Estados Unidos y sus fuerzas políticas para vencer al líder nacional que ellos consideraban ineficaz, añadió.

"En cualquier mal ocurrido en algún rincón del mundo puede detectarse el rastro contaminante de Estados Unidos", dijo.

Además, el país también está cambiando sus estrategias, recalcó Zhang. "La financiación de fuerzas opositoras para lograr el cambio de régimen fue el método principal, ahora de lo que se trata es de modificar políticas diplomáticas de otros países para garantizar el apoyo probable de estos a su accionar. Así lo ha demostrado lo sucedido en Lituania y algunas otras naciones".


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