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spanish.china.org.cn | 27. 07. 2017 | Editor: Lety Du [A A A]

Un refugio de paz en Diqing

Palabras clave: Diqing, Shangri-La, hoteles, turismo

Disfrutar de la paz interior

Las colecciones de decorados de estilo tibetano, sus muebles, restaurantes e incluso las mismas habitaciones sorprenden siempre a los huéspedes de los hoteles Songtsam. Muchas de ellas son colecciones privadas pertenecientes a Baima Dorji. La gente no entiende por qué él pone estos objetos preciosos en áreas públicas, en las que podrían dañarse fácilmente. Pero Baima opina que el valor de las mismas reside en exhibirlas y compartirlas con la gente: “Estos artículos se sentirían ‘deprimidos’ si no pudieran ser apreciados por el público”.

Para preservar mejor la apariencia original de las aldeas y el medio natural, Baima ha insistido en construir hoteles de la manera más tradicional. Ha contratado a carpinteros, canteros y cobreros, todos nativos. Cuando se construyó el Songtsam Linka Retreat, encontró a un buen cobrero, quien una vez quiso cambiar de oficio y dedicarse a la escultura en relieve, ya que esta última es más rentable. “Le dije que yo le emplearía todo el tiempo que él quisiera. Ahora tenemos cinco cobreros. Ellos hacen todos los artículos de cobre en los hoteles, desde cuencos y ollas hasta cerrojos de puertas”, sostiene Baima.

También colabora con los artesanos locales, llevando a los huéspedes del hotel a visitar los talleres donde hacen cerámica negra, con el fin de impulsar el desarrollo de la artesanía local.

Según Baima, muchas personas tienen una comprensión limitada sobre la esencia de la cultura tibetana; por ejemplo, sobre las pinturas en colores. “Algunas familias tibetanas gastan una gran cantidad en la decoración del hogar, pero las pinturas decorativas que obtienen son vistosas y superficiales”. Baima Dorji reconoce que algunas tradiciones artísticas se han perdido. “De hecho, la cultura tibetana respeta la introversión y la solemnidad”, dice.

Con el fin de mostrar a la gente la auténtica cultura tibetana, Baima matizó personalmente los colores de varias pinturas en los hoteles Songtsam, imitando los tonos coloridos de centenares de viejas pinturas que él ha coleccionado en el Tíbet.

Nacido en un pequeño pueblo, entiende la importancia de la educación. Desde 2005 presta apoyo financiero a niños de su pueblo natal para ayudarles a recibir educación. Cada año asigna 500, 1000 y 2000 yuanes para un estudiante del primer ciclo de secundaria, otro del segundo ciclo de secundaria y un universitario, respectivamente. “La vida es un viaje largo y ayudar a otros hará que ese viaje sea más significativo”, comenta.

Hoy en día, más del 98 % de los empleados de los hoteles Songtsam provienen de la localidad. “Ellos tratan a los huéspedes de todo corazón. Lo hacen de acuerdo con su creencia de que entre las personas debe formarse una relación cercana. Creo que sus afectos y creencias podrán tocar el mundo interior de nuestros huéspedes”, explica.

A medida que se ha desarrollado el negocio, Baima ha descubierto que sus hoteles son “necesarios para la gente”. Las personas que viven con mucha presión siempre pueden encontrar en sus hoteles aquel hogar para descansar el cuerpo y el alma.

Shangri-La representa un lugar de pureza en el corazón de la gente. Sin embargo, para Baima, que creció aquí, es un hogar que hace feliz a cada residente y visitante de esta tierra. “Espero que algún día pueda volver a tomar mi cámara para hacer algunos documentales sobre el Tíbet, mostrando al mundo con imágenes vivas lo atractivo de la cultura tibetana”, concluye.

 

*Wang Shuo es periodista de China Pictorial.

 

Fuente: China Hoy

 

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