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spanish.china.org.cn | 14. 02. 2017 | Editor: Elena Yang [A A A]

El amor y sus 1.001 expresiones en China

Palabras clave: China, Día de San Valentín, Día de los enamorados
El amor y sus 1.001 expresiones en China

3. Un rechazo imaginario

“No no no, por favor, rechazaré regalos de ese tipo de cliché”, argumentó mi amiga Alicia, cuando le conté la teoría de Li sobre las “obligaciones”. “Si mi chico me hiciese regalos estereotípicos sin pensar, lo echaría afuera con una patada”, anunció.

Ella insistió en que un regalo para una ocasión especial debería ser resultado de mucha deliberación o duros esfuerzos.

O sea, ¿algo caro?

“Pues no pido que me muestre la etiqueta de precio, pero si es algo especial, probablemente le costará”, concluyó la joven entre risas.

Alicia es soltera.

4. El pragmatismo contra la convención social

“A comer, reglar flores e ir a un hotel para pasar un día romántico”, así es cómo el día de los enamorados se celebra en China por la mayoría, según confirmó mi amigo Nico.

“Nunca he hecho regalos con buqués de flores cortadas ni lo haré en el futuro”, proclamó el joven. “En mi opinión es un malgasto de dinero”.

Orgulloso de ser un pragmático, a Nico no le importa que le llamen tacaño. “No veo por qué participar en un evento sin sentido sólo porque todos los demás lo hacen, menos cuando me intentan obligar a gastar en cosas sobrevaloradas”, protestó.

Narró que salió una vez a un centro comercial con su novia de aquel entonces en el día de San Valentín, y le fue una experiencia que preferiría dejar en el olvido.

“Me acuerdo de mucha gente, mucho esperar en frente a cualquier restaurante, las deslumbrantes luces de neón que me dictaban a comprar en nombre del amor... Y lo que más molestaba eran los vendedores que me quisieran vender rosas”, contó.

“Me dijo uno de ellos, ‘Señor, ¡compra una rosa!’ en tono del maldito Shakespeare y se me llegó al límite máximo de aguantar”, dijo. “Me fui a casa y no he vuelto a celebrar esa fecha jamás”.

Nico negó la obligación del romanticismo, agregando que la mayoría de los chinos, sobre todo los jóvenes, no tienen el exceso de dinero para comprar 999 rosas ni para reservar un suite presidencial en un hotel de cinco estrellas.

Un hotel de dos estrellas con una cama, ducha de agua caliente y quizás un poco de ambiente podrá constituir todo el romance asequible para los pragmáticos, aseguró.

A propósito, una marca estadounidense de heladería ha hecho promociones de su eslogan en China, el que dice, “Si la quieres, llévala a comer XXXX (la marca)”, por lo cual, a pesar de la baja temperatura, los enamorados chinos optan por comer un fondue de helado en el 14 de febrero.

“Astuto es el comerciante, y estúpidos los consumidores que le siguen”, comentó Nico.

5. El amor que no se cotiza

Shelly recuerda vivamente la cita de hace ocho años, cuando todavía era una estudiante universitaria.

Su novio de aquel entonces viajó dos horas en bicicleta para ir a verla y otras dos horas con ella en el asiento trasero hacia el cine.

Los dos no tenían el fondo para pasar la noche en un hotel sino en la sala del cine, viendo un maratón de películas en celebración del día del amor.

Sin mucho lujo, pero a toda fuerza.

Bromeado que su novio una vez le regaló un par de aretes en forma de judías verdes, porque a ella le gustaba comer esa vegetal, Shelly definió a su novio como “un hombre demasiado heterosexual”, el que no entiende para nada la mentalidad femenina.

¿Y ahora? Shelly y su hombre están felizmente casados, como siempre describe el final de los cuentos de hadas, más dos gatos.

 

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