Portada>策划 |
spanish.china.org.cn | 05. 09. 2016 | Editor: Lety Du | [A A A] |
La obra clásica Chuiniu, representada por Volker y Zhong Wei.
Azul: Volker.
Rojo: Zhong Wei.
Negro: El profesor Cord Eberspächer del Instituto Confucio de Düsseldor de Alemania.
Fecha: El 8 de julio de 2016, Día Abierto del Instituto de Düsseldor.
China.org.cn: El xiangsheng es un arte tradicional de china. ¿Por qué usted es aficionado a este arte?
Volker: En julio de 2013, cuando contemplé la representación del xiangsheng de Guo Degang en Mülheim, en Alemania, se me ocurrió que “yo también podía hacerlo”. Después, buscaba frencuentemente en Internet obras de xiangsheng y compré libros de teoría de este arte a China, e incluso encontré una editorial para publicar mi futuro libro de xiangsheng. Tengo muchas ganas de ser el primer extranjero que publique un libro de teoría del xiangsheng en el extranjero, porque así más gente conocerá el humor de los chinos.
China.org.cn: ¿Quién es el actor de xiangsheng que prefiere y por qué?
Volker: Me gusta más el xiangsheng tradicional de Tianjin. Los maestros Ma Sanli y Hou Baolin son muy interesantes y actualmente en Internet hay muchas aminaciones adaptadas de sus obras. Mi profesor de xiangsheng también viene de Tianjin, es él quien me dirigió por este camino artistico.
Hace mucho Dashan también creó muchas buenas obras. Él es un buen ejemplo para mí y deseo poder visitarle personalmente en alguna ocasión.
China.org.cn: El xiangsheng trae alegría a otros pero el actor mismo, especialmente un extranjero, debe dedicar mucho esfuerzo y trabajo duro. En su proceso del aprendizaje del xiangsheng, ¿ha encontrado algunas dificultades? y ¿cuáles son las experiencias inolvidables de representación?
Volker: Para el chino, los 4 tonos son lo más importante. Una vez aprendí el xiangsheng, me dí cuenta por primera vez de la importancia de los tonos, especialmente al aprender trabalenguas. Pero para mí el trabalenguas es el mejor método para aprender chino.
Mi estreno verdadero es en el Instituto Confucio de Düsseldor. El profesor Eberspächer, entonces director general de la parte alemana, me elogió mucho y nunca lo olvidaré, y también quisiera aprovechar esta oportunidad para agredecer su apoyo.