Ford

El coche como arma de sometimiento al servicio del hombre. La campaña pretendía ser graciosa, pero era de tremendo mal gusto. Utilizaba la idea de los escándalos del primer ministro italiano Silvio Berlusconi, sus fiestas con jovencitas, su desprecio a las mujeres, a las que trataba como objetos sexuales… Todo un catálogo de elementos que jamás deberían usarse para la venta. Con el agravante, además, de lo soliviantada que estaba la sociedad con todo lo sucedido en torno a aquel escándalo. Incluso la propia compañía se disculpó después reconociendo que aquella campaña jamás debería haber salido a la luz.