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spanish.china.org.cn | 15. 01. 2016 | Editor: Claudia Leng | [A A A] |
Uno tiende a pensar que el uso de los recursos sexistas como método publicitario es exclusivo de aquellos negocios que están empezando y necesitan por ello darse a conocer y para ello llamar la atención a toda costa. Y nada llama más la atención que aquello que apela a nuestros bajos instintos, pues una premisa básica de la publicidad es que “el sexo vende”. Pero la utilización de los reclamos sexuales para vender muchas veces es comparable a caminar en la cuerda floja: si sale bien el resultado puede dejarnos con la boca abierta, pero si se resbala la caída es alta y por lo tanto el golpe también. Y más aún en una sociedad cada vez más concienciada en lo que respecta al sexismo.
Pero no sólo las empresas incipientes utilizan este tipo de publicidad. Grandes multinacionales con fuertes equipos de márketing se dejan llevar también por los cantos de sirena de esta forma fácil de vender y crean aberraciones que en ocasiones resultan ridículas, pero en otras resultan un preocupante reflejo del sexismo en la sociedad y del poco compromiso social y los escasos valores de esas empresas.
Vamos a mostrarles a continuación una serie de campañas publicitarias de empresas sobradamente conocidas que en absoluto tienen necesidad de recurrir a la cosificación sexista para vender sus productos, pero lo hacen igualmente y nos ofrecen imágenes que van desde lo ridículo hasta lo éticamente preocupante.
Kawasaki
El mundo del motor es tradicionalmente machista, más en el caso de las motos, donde la mujer todavía suele aparecer siempre como el paquete, y verla como la motorista supone aún una ruptura con lo establecido. Además, si nos fijamos en las competiciones deportivas de este mundillo, la mujer es la que se hace fotos ligera de ropa junto a los coches o las motos, la que lleva las botellas de champán para participar de lo que no pasa de ser una escena erótica de venta, o la que se acerca a los vencedores masculinos para estamparles un beso como premio por su victoria en el podio.
Kawasaki, una marca con la suficiente solvencia para vender potentes máquinas y no reclamos sexuales, no hace el más mínimo esfuerzo para huir del tópico y nos presenta a una mujer con un pantalón ajustado y humedecido que va de paquete en una de sus motos, agarrada a su hombre. “Se busca: novia valiente”, reza el eslogan. Con esto dan a entender que la pobre chica se ha orinado de miedo, lo que la hace poco apta para la bizarría del hombre que lleva la moto: necesita otra novia más valiente. Pero a nadie se le escapa la versión erótica del anuncio, en la que la moto sirve a su comprador como reclamo para conseguir a todas las chicas que quiera, que se volverán locas de excitación con esa máquina entre las piernas.
El anuncio, deliberadamente machista, empeora la situación con su actitud de superioridad y desprecio hacia el sexo femenino.