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spanish.china.org.cn | 13. 06. 2014 | Editor: Ara | [A A A] |
“El éxito financiero lo tenemos, está hecho” dijo el secretario general de la FIFA Jerome Valcke. “El éxito de la venta de boletos está allí, jamás habíamos vendido tantos”.
Sin embargo, la alegría del “éxito financiero” no fue compartida por todo Brasil. Luego de años de apatía y resentimiento por los 11 mil millones de precio del torneo, muchos brasileños estaban recibiendo la fiebre por la Copa Mundial de mala gana.
El costo multi mil millonario de la Copa Mundial ha enojado a muchos en un país que tiene un financiamiento inferior crónico de los servicios públicos y de salud, además de crímenes violentos desenfrenados.
El enojo por los malos servicios públicos se transformó en un movimiento nacional durante la Copa Confederaciones del año pasado, con enfrentamientos letales por toda la nación.
Protestas y huelgas laborales están planeadas en las 12 ciudades anfitrionas, incluyendo una ralentización de 24 horas por parte de algunos trabajadores del aeropuerto en Río de Janeiro, aunque se ha tranquilizado la amenaza de una larga huelga del metro en Sao Paulo.
El jueves, la policía disparó bombas de ruido para dispersar a unos 200 manifestantes, quienes intentaban cortar una importante avenida que lleva al estadio Corinthians en Sao Paulo.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff advirtió que el gobierno no toleraría una repetición de las protestas del año pasado. “Garantizaremos la seguridad de los brasileños y aquellos que nos visitan” señaló.
Una amplia fuerza de seguridad ha sido desplegada para la Copa Mundial, con 150.000 soldados y policías, junto con 20.000 oficiales de seguridad privada.