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spanish.china.org.cn | 24. 03. 2014 | Editor: Sonia | [A A A] |
El restaurante Chaogan’er de Yao, en Beijing, donde comió el vicepresidente estadounidense Joe Biden en 2011.
El vicepresidente Joe Biden fue aún más económico. Gastó 79 yuanes en el restaurante Chaogan’er de Yao, cerca de la torres del Tambor y la Campana en agosto de 2011.
Biden pidió bollos de Puerco, fideos zhajiang (una salsa frita de judías cafés) y ensalada de pepino, además de dos refrescos. Sin embargo, no probó el estofado de hígado, que es el platillo estrella de ese restaurante.
Aunque a muchos líderes occidentales se les convidan platillos refinados en los banquetes estatales, la mayoría prefere platillos chinos baratos.
Esta ha sido la tendencia en China también. El presidente chino Xi Jinping gastó 21 yuanes en bollos rellenos en un restaurante de Beijing en diciembre del año pasado.
Además agasajó al presidente honorario del Kuomintag, Lien Chan, llevándolo a la Casa de Huéspedes Estatales Diaoyutai para un “banquete casero” de fideos de Shaanxi, pan en sopa de borrego y pastel con relleno de puerco el 28 de febrero.
Estos son platillos baratos y típicos de Shaanxi, apropiados porque tanto Li como Xi son originarios de la provincia de Shaanxi.
Esto creó un “menú del día presidencial” de 58 yuanes en Xi’an, la capital de Shaanxi.
Por último, la tendencia de los líderes de optar por la comida relativamente ordinaria parece apuntar a un deseo- o un medio- de conectarse con los ciudadanos del diario.
Como resultado, la mesa se ha convertido en una plataforma para que la élite mundial se identifique con las personas comunes.