La cerámica de Kashgar empezó a desarrollarse durante las dinastías Han y Jin. Hoy día, sus artesanos continúan elaborando sus piezas de acuerdo con los antiguos métodos de producción locales, moldeando el barro con sus propias manos antes de tallar y pintar las piezas para luego cocerlas en el horno.
Las piezas resultantes son normalmente tarros, tazones y botellas, así como otros objetos de carácter más artístico, y normalmente están decoradas con dibujos de flores y motivos tradicionales del arte islámico.
Otras zonas famosas por su cerámica
Hay otras zonas que son famosas por su cerámica uigur, como Yingjisha y Turpan, donde las piezas se adornan con vidriados de colores para luego ser cocidas de nuevo. Los vidriados utilizados incluyen aluminio, cuarzo y barro rojo, lo que les proporciona sus diferentes colores.