La fabricación del mitológico animal es un proceso complicado y debe cumplir algunos ritos inviolables. Primero, el bambú para hacer su cabeza debe ser "robado" por la noche. Los artesanos identifican el bambú conveniente en el bosque, lo cortan en la noche y dejan un sobre rojo que contiene efectivo, como remuneración para el dueño. El mismo proceder se aplica al bambú usado, para elaborar las partes que conforman el resto del cuerpo.
Después de pegada y pintada la cabeza del dragón, sus ojos se cubren con dos cuadrados de papel rojo y se inicia una ceremonia formal de invitación al dios del dragón, durante el festival. El dragón se coloca en la tabla en el pasillo, junto con ofrendas de granos, caramelos y tortas. Un sacerdote taoísta hace el llamamiento al dios y quita el papel rojo de los ojos del animal. Los aldeanos queman incienso y ruegan, y los sostenedores de las lámparas se bañan antes de comenzar la procesión. Tras lanzar petardos, el dragón es llevado al patio y el anciano de mayor edad dirige la peregrinación. Lo siguen los peones que llevan petardos y velas y después los hombres que sostienen los gongos y la armadura con figura de tigre.
Los dragones de Pujiang abarcan cien mil fragmentos y cada uno mide 2,3 m de largo, 18 cm de ancho y 5 cm de diámetro. En ambos extremos de cada parte hay un hueco para unir los faroles. En el festival de 2007, un total de 66 dragones pasaron entre los 15 cantones del distrito.
La danza del dragón de Pujiang incorpora los elementos de otras formas del arte popular, tales como pintura tradicional china, caligrafía, recortes de papel y danza. Ha dejado una profunda y amplia influencia en la localidad, el centro de Zhejiang y las zonas costeras. Los avances sociales y la globalización amenazan incuestionablemente esta costumbre, por lo que deben adoptarse medidas encaminadas a proteger este arte popular.