5. De copas por Lhasa
La noche en Lhasa ya no es tan monótona. Los turistas se reúnen con sus mochilas en la Calle del Barkhor, mientras los grupos organizados cuentan con más opciones. En teatros al aire libre pueden contemplar actuaciones de acróbatas, danzas y otros espectáculos tradicionales del Tíbet.
Numerosos bares de la ciudad tibetana, como ‘The Himalayas’ o ‘Happiness on the Road’, ponen en escena este tipo de espectáculos folclóricos de todas las regiones tibetanas para atraer a los visitantes.
Otros lugares para la diversión son ‘Rongzhongerjia’, ‘Tanggulafeng’ y ‘Meigao Club’. Los dos primeros son grandes salas con espectáculos de entretenimiento, que además también sirven como pubs. La tercera es más bien un pub con actuaciones. Los bares del Barkhor son similares a los de Nanluoguxiang en Beijing, y los clubes nocturnos y karaokes en la South Deji Road pueden compararse con los de Xintiandi en Shanghai o Gongti Xilu en Beijing.
6. Asistir a una ópera tibetana
En la primera planta del Hotel Himalayas hay una sala de actuaciones con un museo de la Ópera Tibetana, el único en su género. Sin embargo, el hotel está cerrado y la mayoría de las veces no se permite la entrada a los visitantes, salvo cuando hay alguna actuación. Durante los festivales de Shoton y Ongkor, las compañías de ópera se afanan para hacer sus representaciones en el Norbulingka y otras comarcas próximas a Lhasa. El lider del grupo Bianbasilun y sus actores visitan todas las comarcas, donde los lugareños están deseosos de ver la escenificación de ‘Shoba Lhamo’.