El Obo situado en el distrito autónomo Evenk, en Mongolia Interior, es conocido como “el primer Obo del mundo”. Se trata de montículos de piedras apiladas emplazados en las praderas mongolas y que poseen un significado religioso y cultural.
En las praderas de Mongolia Interior, en China, se encuentran muchos de estos Obos construidos con piedras grandes y pequeñas, levantados en las laderas. Sobre éstos, se cuelgan banderas con sutras budistas de diferentes colores, que llaman a los pastores y viajeros desde lugares lejanos.
“Obo” significa en el idioma mongol “montículo”, un signo construido con piedras para definir un camino o frontera. Posteriormente fue convirtiéndose en un lugar donde la gente oraba por la buena cosecha, la buena suerte y la felicidad.