Confucio fue un gran filósofo, político y pedagogo del Período de Primaveras y Otoños (siglo VI-V d.C.) y fundador del confucianismo. En más de dos milenios, el confucianismo se ha convertido gradualmente en la cultura ortodoxa de China y ha ejercido una gran influencia en los países del Este y el Suroeste de Asia, llegando a ser la piedra angular de toda la cultura oriental.
El Templo, el Cementerio y la Mansión de Confucio están en Qufu, tierra natal del filósofo. El templo conmemorativo se construyó en el año 478 antes de nuestra era. Tras repetidas destrucciones y reconstrucciones durante más de mil años, se ha formado un grupo arquitectónico compuesto de más de 100 pabellones y salones. El Bosque del Cementerio de Confucio incluye no sólo su propia tumba sino también las sepulturas de sus 100.000 descendientes. La Mansión de Confucio también se ha expandido enormemente, y hoy abarca 152 pabellones y salones. Este conjunto de construcciones de estilo antiguo, con sus peculiaridades artísticas e históricas, se debe al culto que los sucesivos emperadores rindieron a Confucio durante dos milenios de historia de China. La Mansión, el Templo y el Bosque del Cementerio de Confucio son símbolos de la veneración de que éste era objeto durante las diversas épocas, y encierran una cultura, historia, reliquias culturales y un valor científico y artístico enormes. Por ello, la UNESCO autorizó su inclusión en la lista de patrimonios culturales mundiales. Qufu ostenta una elevada posición en la historia china, y también en la cultura oriental, siendo considerada una de las tres ciudades sagradas del mundo asiático.