Suiza contribuyó al espectáculo, porque desde el principio salió a disputar el balón adelantando mucho la defensa, que en ocasiones fue una línea de tres jugadores, lo que propició las transiciones rápidas de Argentina cuando los sudamericanos robaban el balón en el centro del campo, principalmente Braña y Mascherano.
En torno a Mascherano se organizó el centro del campo albiceleste, con Braña en tareas más defensivas y Sosa y Maxi Rodríguez basculando, mientras el "Kun" Agüero y Messi hacían frente en velocidad a Senderos y Affolter, que aguantaron como pudieron.
En estas rápidas contras, llegaron los mejores momentos de Argentina en la primera parte, siempre con Messi de conductor del balón, limpiando la jugada para llegar a la puerta de Benaglio. Y así llegó el 0-1, en una combinación de Messi con Agüero, que con un sutil taconazo habilitó al capitán para que pisara el área y batiera al meta local con un zurdazo seco y raso al palo izquierdo.