El gol alentó a Serbia, que hasta el final del primer tiempo tuvo más iniciativa, pero no pudo controlar en su totalidad la presión y finalizar con éxito sus frecuentes acciones ofensivas.
El segundo tiempo siguió marcado por la iniciativa de los serbios, que, sin embargo, no mostraron gran destreza en el centro del campo.
Los italianos se centraron en contraataques peligrosos, y lograron dominar en los últimos 30 minutos. Hacia el 70, el técnico de Italia decidió reforzar la defensa al cambiar a Marchizio con Nocerino.
Poco después, Serbia reforzó el ataque con Zigic, quien entró en sustitución de Krasic.