La estrategia fijada para conseguir la explotación del Oeste se basa en los siguientes puntos: acelerar la construcción de infraestructuras, reforzar la preservación y la rehabilitación del entorno ecológico, consolidar la posición de la agricultura y reajustar la estructura industrial, desarrollar un turismo con peculiaridades propias y fomentar la ciencia, la tecnología, la educación, la cultura y la sanidad, en un empeño por lograr que, en un plazo de entre cinco y diez años, las regiones occidentales obtengan avances sustanciales en la construcción de sus infraestructuras y el mejoramiento de su entorno ecológico, y por ende gocen de una buena base para su desarrollo económico. Se procurará que, para mediados del siglo XXI, estas regiones se hayan transformado en un nuevo Oeste que goce de prosperidad económica, progreso y estabilidad social, unidad interétnica y un entorno ecológico altamente conservado.
La idea de “la explotación a gran escala del Oeste” implica el impulso del desarrollo integral de la economía en sentido amplio, de modo que no sólo significa el crecimiento de los índices económicos, sino también incluye la mejora del entorno ecológico, y la elevación del nivel de la vida y la cultura de la gente.