Periodista: Según su opinión, para que esta cumbre sea un éxito, ¿cuáles serán los logros a conseguir en ella?
Jim O´Neill: Creo que el mayor éxito es ya el hecho de que los cuatro países puedan reunirse para discutir conjuntamente los asuntos. El significado de la cumbre reside en que ellos pueden llegar a un consenso y cumplir sus compromisos a través de ella, por eso estos países no deben tener ambiciones desmesuradas, la clave está en la reunión y la discusión. Para Occidente, los países del BRIC están integrándose en un conjunto para tomar la palabra e intentar introducir cambios en el Fondo Monetario Internacional, el G20 y el G8. Ellos se han colocado en el centro global de la toma de decisiones.
P: Usted ha dicho que los cuatro países deben jugar un papel más importante en los organismos globales. ¿Cómo considera usted la perspectiva de la cumbre del BRIC? ¿Es posible que se convierta en otro mecanismo importante al mismo nivel de los organismos globales de toma de decisiones después del G7, el G8 y el G20?
J: Será una buena cosa que la cumbre del BRIC se esfuerce por cambiar el estatus del G20 y el G8 en la toma de decisiones internacionales, pero al finalizar este decenio (el segundo decenio del siglo XXI), debemos contar con un Grupo de los Veinte renovado, que incluya a Estados Unidos, Japón, la Unión Europea, China, Brasil, India y Rusia.
P: ¿Cómo evalúa usted los comportamientos de los cuatro países en esta crisis y cómo serán sus respectivas perspectivas de desarrollo, en especial la de China?
J: A mi parecer, la crisis no es necesariamente algo malo, porque ha hecho que los países BRIC, sobre todo China, comiencen a considerar verdaderamente el estímulo de la demanda interna, en lugar de depender excesivamente de la exportación. Después de la llegada de la crisis, son aún más notables las aportaciones hechas por los cuatro países a la economía mundial, destacando China por su desarrollo vigoroso. Con base en las medidas y planes para hacer frente a la crisis financiera internacional, puntuamos sobre diez, otorgaré una calificación de 9 puntos a China, 8 a Brasil, 8 a India, y sólo 5 a Rusia, debido a su excesiva dependencia de las exportaciones de sus recursos energéticos.
P: Usted planteó el concepto de BRIC hace nueve años partiendo de su atento análisis de los cambios mundiales. ¿Qué opina usted de la forma en que los países del BRIC van a cambiar el mundo en la economía y otros ámbitos?
J: El cambio implica todos los ámbitos, naturalmente. En lo económico, dentro de 10 años la dimensión económica de los cuatro países podrá alcanzar la de Estados Unidos, y es de esperar que dentro de 18 años el volumen global de la economía de China alcance al de la norteamericana. China tendrá un estatus internacional comparable al de Estados Unidos y experimentará cambios económicos muy notorios.
Con respecto a los hábitos y demandas de consumo de la gente, China se convertirá y se ha convertido ya en el mayor comprador de toda clase de artículos de consumo en el mundo. El Grupo Goldman Sachs tiene estrategias específicas para los países BRIC; contrataremos en el futuro a un mayor número de empleados en China, sobre todo en Beijing, e incluso es probable que yo vaya a trabajar y vivir cierto tiempo en esta ciudad. Parece que tengo que empezar a estudiar chino (risas). En China mucha gente sabe hablar inglés, y eso me ha causado una buena impresión.
P: Usted ha dicho que los países del BRIC son diferentes de los occidentales y no necesitan imitarles. Según su opinión, ¿qué actitud debe tomar Occidente ante la cumbre del BRIC y las posiciones que los cuatro países han adoptado en temas como la reforma financiera internacional?
J: Creo que los cuatro países han de seguir ejerciendo, en una esfera más amplia, su derecho a la palabra, tal como lo están haciendo ahora. Ellos aprenden de las cosas buenas de Occidente a la vez que conservan sus propios puntos fuertes, y no necesitan imitar a otros países. De la última crisis financiera se deduce que los países occidentales tienen sus propios problemas. La reforma financiera internacional ha impulsado que los mercados más abiertos surjan en los países del BRIC.
En cuanto a la actitud que toman los países occidentales ante los mercados emergentes, les recomiendo que se relajen y miren a esos países de manera positiva. Esto se debe a dos causas: primera, el comercio global beneficia a cada uno de los países, y segunda, para una Europa en envejecimiento y unos Estados Unidos con una economía nacional debilitada, los países del BRIC son excelentes mercados de exportación, y de ninguna manera se debe considerarlos como amenaza.