Un miembro británico del Parlamento Europeo (PE) habló hoy en contra de la adopción de una resolución acerca del Tíbet por parte del PE.
"Estoy muy decepcionado con la adopción de la resolución", dijo a Xinhua Nirj Deva, también presidente del Grupo de Amistad UE-China del PE.
"Estoy apoyando toda la visión del gobierno británico que reconoce al Tíbet como parte integral de China", dijo Deva.
Deva indicó que: "El asunto es que hay muy poca gente aquí que se da cuenta de que el gobierno chino ha hecho mucho por mejorar las vidas de los tibetanos comunes".
Muchos miembros del Parlamento europeo conocen poco de la historia y la situación actual del Tíbet, agregó.
El político británico señaló que: "Hace muchos años el Tíbet era una servidumbre feudal con gente poseída por otra gente y que el gobierno central chino liberó a los tibetanos del feudalismo".
Deva pidió a los miembros del parlamento que vean el desarrollo real en el Tíbet y los criticó por seguir atrapados por la fantasía de un "Shangri-la" en el Tíbet defendido por el exiliado Dalai Lama.
Presionado por un grupo de legisladores antiChina, el Parlamento Europeo adoptó hoy una resolución sobre el Tíbet. El documento que confunde lo correcto y lo incorrecto, tiene por objetivo respaldar al Dalai Lama y poner presión sobre el gobierno chino.
Hace 50 años, el gobierno de China frustró una rebelión armada del Dalai Lama y sus simpatizantes que trataron de bloquear la reforma en el Tíbet y separar a la región de China.
El 28 de marzo de 1959, se formó un nuevo gobierno local tibetano que liberó a millones de tibetanos siervos y esclavos que representaban más del 90 por cento de la población en esa época.
No obstante, con el respaldo de algunos elementos antiChina en Occidente, el Dalai Lama y sus seguidores han continuado realizando actividades disfrazadas o no disfrazadas en un intento por separar al Tíbet de China y restaurar la servidumbre feudal en la región.
El 14 de marzo de 2008, los seguidores del Dalai Lama realizaron disturbios en Lhasa para presionar al gobierno central. La violencia resultó en la muerte de 18 civiles y enormes pérdidas en propiedad.